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Suena a título de comedia americana. Los nombres son: ANA Fagilde, ANA Pérez, ÁNGEL Triviño, FLAVIA Allo, MARINA Pérez, MIRIAM TANIA Pérez, NICOLA Pucci di Benisichi, ROSA Espejo y SANDRA Fernández –colegiales del CMUSA– que recibirán la Confirmación el viernes día 4 de mayo a las 19 horas en la Catedral de la Almudena. El cardenal, D. ANTONIO MARÍA, Rouco Varela, arzobispo de Madrid, que presidirá la celebración.
La historia comenzó en octubre cuando echa a andar la maquinaria de un nuevo curso. El encuentro de cada miércoles nos ha servido para recordar que Jesucristo, amigo, hermano y Señor, puede ser el cimiento firme que sostenga la vida humana. Fuente, al mismo tiempo, de felicidad, certeza segura para no bracear constantemente en un mar de dudas.
El Espíritu Santo es el “trasplante” que nos permite movernos con libertad por los caminos del Evangelio, llenarnos de una alegría secreta y librarnos de la soledad fría del vacío interior.
Nosotros –confiados a nuestras propias fuerzas– solo podemos presumir de fragilidad y de ser inconstantes y desmemoriados. Jesús, sin embargo, a través de su Espíritu, puede hacer con nuestra modesta biografía una pequeña obra de arte. ¿No es una obra de arte un hombre o una mujer capaz de amar, de escuchar, de perdonar, de sonreír, de ofrecer a los demás el tesoro de la compasión?
El paisaje de un grupo de universitarios recibiendo el sacramento de la Confirmación la tarde del 4 de mayo –abandonados temporalmente los vaqueros en cualquier rincón de la habitación, con unas décimas de nerviosismo en la piel y bajo la mirada maternal de Santa María de la Almudena– me hace pensar en “un campo sembrado de futuro”.
Los sacramentos, afortunadamente, no producen efectos mágicos pero nos descubren una vida nueva y distinta que alguien ya ha ensayado: Jesús de Nazaret.
P. Santiago
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