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Ntra. Sra. de los Dolores. Bailén |
El Sábado Santo es día de silencio y reflexión. La Iglesia se prepara para la celebración de la Vida: la resurrección del Señor. Hoy, en lo más íntimo de nuestro corazón recordamos a la Virgen María en su soledad. A lo largo de la lectura de la Pasión podemos caer en la tentación de afirmar que Jesús olvida a su madre. Pero no es así. En la cruz la mira y nos la entrega como madre de la Iglesia: "María, ahí tienes a tu hijo.. He aquí a tu Madre". Desde aquel momento la Virgen no se ha apartado ni un sólo segundo de nosotros. Nos sigue protegiendo con su manto e intercediendo por nosotros ante si Hijo.
María, la madre valiente, que dio un sí generoso y desinteresado a los planes de Dios, siendo consciente de las dificultades del camino. Ella, que nunca abandonó a su querido hijo... Ella que estuvo firme al pie de la cruz y soportó el dolor de la pérdida.
Encomendemos en este día a María a todas las madres, especialmente las que sufren y las que han perdido a sus hijos, para que Ella, Reina de la Iglesia, les dé aliento y esperanza.
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