lunes, 24 de diciembre de 2012

¡Feliz Navidad!


En el silencio del mes noveno de María
                  el cielo se abrió al gran Misterio,
                  y los hombres y mujeres de buena voluntad
                  prepararon la cuna del corazón
                  para recibir el regalo del Dios hecho carne.

                 
Dios no es invención de los miedosos
                  ni el delirio de los que sufren en silencio.
                  Dios plantó su tienda en la tierra
                  como quien cambia de domicilio
                  para ser vecino de un amigo.
        
                 
Aquella noticia dejó en la tierra
                  un racimo de estrellas más brillantes,    
un dulce calor de fuego,
una lluvia fina de besos,
una estela que no ha borrado el tiempo.


Por eso también en diciembre de 2012
celebramos la venida y presencia de un Niño,
de ojos tan claros como el arroyo de un huerto,
que grita la palabra amor en todos los idiomas
y nos invita a que la Nochebuena sea  VIDA BUENA.



Santiago

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