lunes, 17 de diciembre de 2012

Tareas para el Adviento


                                                               25 líneas

Inevitables un paseo nocturno por el Madrid iluminado, por el mercadillo navideño de la Plaza Mayor, por alguno de esos lugares donde se instala un Belén monumental, asistir a un concierto, comprar un cucurucho de castañas asadas…Cada uno puede hacer su itinerario de acuerdo con criterios distintos.
Tareas inevitables pero insuficientes, porque a la celebración del Adviento hay que añadirle una página de lectura bíblica –el contacto con la Palabra de Dios alimenta nuestro espíritu–, dedicar más tiempo a la oración, participar en la Eucaristía del domingo, no dejar pasar la fiesta de la Inmaculada sin una mirada tierna hacia María –mujer derroche de fe–, echar un vistazo al corazón y preguntarse si hay en él una plaza para Jesús o lo tenemos saturado de frivolidades que hinchan pero no llenan, abrir el monedero y, una mañana o una tarde, renunciar a cualquier capricho a favor de los necesitados, hacer una lista de gestos de paz, de servicio o  de disponibilidad que tengo que incorporar a mi vida …
Y como estamos en el” Año de la fe”, a ver qué se nos ocurre para hacer un poco de gimnasia espiritual y aumente la talla de  nuestra fe. Hay demasiadas personas perezosas en la fe  o que su fe es infecunda en obras y muda en palabras. Una fe sincera es una fe elocuente, escribe san Agustín: “Aquellos que al hablar no dicen lo que creen, no creen perfectamente” (Comentarios a los Salmos 115, 2) Otra idea recurrente de san Agustín es la unión entre la fe, la esperanza y el amor: “Que vuestra fe vaya acompañada del amor, pues no podéis tener amor sin fe” (Sermón 90, 8).
Vivir el Adviento es crear las condiciones para el encuentro con  Dios y  tomar la decisión de vivir al aire del Evangelio.

P. Santiago

No hay comentarios:

Publicar un comentario