lunes, 4 de junio de 2012

La Ciencia se pregunta por la espiritualidad

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Parece que algunos científicos verificaron que cuando se abordan temas religiosos o valores que se refieren al sentido profundo de las cosas, se producen oscilaciones neurales procedentes de una zona localizada en los lóbulos temporales de nuestro cerebro. Esta conjetura  llevó a neurobiólogos de prestigio  –Michael Persinger, Vilayanur Ramachandr…– a bautizar esta región anatómica como el "punto Dios". La más reciente y controvertida hipótesis sobre el tema llega de la mano del microbiólogo Dean Hamer, que, según él, ha identificado el "gen de Dios", título que precisamente ha dado a la obra donde desarrolla esta tesis.
En los últimos tiempos no dejan de aparecer novedades editoriales que subrayan la existencia y las virtudes de esta capacidad. Un ejemplo es El poder de la inteligencia espiritual, de Tony Buzan, asesor de ejecutivos, jefes de estado y atletas famosos. Una obra convertida en superventas que pretende explorar la naturaleza de la espiritualidad. En ella asegura cómo desarrollando este tipo de inteligencia podemos relacionarnos más profundamente con lo que nos rodean, desarrollar una actitud compasiva, descubrir formas de rejuvenecer el alma y aumentar la energía.
Otro experto en conducta humana, Oriol Pujol Borotau, asegura que el desarrollo de la inteligencia espiritual puede servir de bálsamo a muchos de los males profesionales. Utilizando una modalidad de meditación ayuda a que la gente de empresa que acude a sus cursos aprenda a despertar la inteligencia espiritual para liberar tensiones, motivar a sus empleados y hasta sanar el cuerpo.
Distintos intentos por parte de la ciencia para aproximarse al núcleo más personal. La espiritualidad no es alienación, sino situarse en el centro  específicamente humano de nuestra existencia.

P Santiago

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