Alimentados por la fe
“Quienes vivisteis en el pecado durante muchos y malos años, desead vivid para Dios; no por muchos años, que alguna vez han de acabarse y se apresuran a perecer en las sombras de la muerte, sino años buenos y cercanos en verdad a la verdadera vida, donde no sentiréis la fatiga de hambre o sed alguna, porque vuestro alimento será la fe, y vuestra bebida la sabiduría. Ahora, poseyendo la fe, bendecís al Señor en la Iglesia; pero entonces, poseyendo ya la realidad, os regarán con toda abundancia las fuentes de Israel” (Sermón 216, 4)
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