jueves, 25 de octubre de 2012

¡En marcha!

Con la primera reunión el pasado martes, el Aula Fe-Cultura comenzó un apasionante camino iluminado por al Año de la Fe, convocado por el Papa Benedicto XVI. Este curso, tendremos una nueva oportunidad para adentrarnos en los misterios de nuestra fe e intentar dar nuevas respuestas a tantos y tantos interrogantes e inquietudes. 

Calendario de reuniones 1º Semestre
  • Noviembre: días 7 y 21
  • Diciembre: días 5 y 19
  • Enero: días 9 y 23
El grupo se reúne a las 22:00 horas en una de las Aulas de Estudio. ¡Estáis todos invitados!

Sobre el arte de amar


                                                                    25 líneas

Conservo dos ejemplares del famoso librito de Erich Fromm titulado El arte de amar, publicado por Ediciones Paidós. Están manoseados y uno de ellos con las hojas sueltas por el uso. Desde hace algún tiempo, duermen en una estantería de mi biblioteca. ¿Es que el amor ha dejado de ser arte o todos somos autodidactas y es absolutamente innecesaria toda bibliografía?
En el prefacio, advierte el autor alemán que la finalidad del libro es “demostrar que el amor no es un sentimiento fácil para nadie, sea cual fuere el grado de madurez alcanzado”. Lo dice un importante psicólogo, psicoanalista y pensador humanista. Algo de razón hay que concederle porque los sucedáneos, las falsificaciones y los accidentes en el amor alcanzan cifras preocupantes.
Una cosa es que el borbotón del amor que surge desde el fondo de nosotros mismos esté llamado a ser  un manantial inagotable,  y otra que si ese espléndido caudal no entra en un surco, en vez de fecundar puede producir una inundación.
Las facultades humanas más nobles –y nadie discutirá que el amor ocupa un lugar de privilegio entre ellas– se asemejan a las piedras preciosas en estado bruto que hay que  pulir, cincelar, bruñir, refinar…Casi nadie, sin embargo,  piensa que hay algo que aprender acerca del amor, subraya Erich Fromm.
Uno de los riesgos es la simplificación y creer que se trata de una experiencia explosiva, una sensación que exige romper inmediatamente todas las barreras, una atracción que reclama exclusividad y relación física inmediata. 
Otro riesgo es que –a pesar de multiplicar las carantoñas– sea un amor vacío porque no integra generosidad, paciencia, comprensión, sacrificio, perdón…Todo lo contrario al lema que Huxley se atrevió a formular: “No dejes para mañana lo que puedas disfrutar hoy”.  

P. Santiago

miércoles, 17 de octubre de 2012

La belleza de crecer creyendo


                                                                25 líneas 

Hay maneras de crecer, de ir dando pasos en ese proceso personal de madurez  que nos lleva a sentirnos artesanos de nuestra vida y padres o madres de nuestros pensamientos y sentimientos.
Hacerse hombre o mujer es mucho más que asistir pasivamente al descubrimiento de un nuevo cuerpo que se va moldeando desde el funcionamiento de una sabia maquinaria  biológica. Hay personas que, cuando descubren tener el milagro de la vida entre las manos, se sienten invitados a participar en el proyecto más apasionante: crecer y llegar a la plenitud de las propias posibilidades. Es una tarea larga y paciente que  tiene algo de puzle donde hay que encajar distintas piezas. Una de ellas, la fe. Fe humana y fe religiosa. La falta de fe humana se traduce en inseguridad, falta de autoestima, miedo crónico a tomar decisiones, desconfianza…La falta de fe religiosa puede significar la huida ante las preguntas más serias de la vida, no haber viajado nunca al propio mundo interior, moverse en la superficie de los acontecimientos…Oscar Wilde escribió: “Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo”.
Vivir creyendo es una hermosa aventura. Creer es amar, confiar, sentirse amado por Dios y por los demás.
“A veces pienso que en el momento de nuestra muerte no es el discurrir de toda la vida lo que veremos, como dicen, sino solo una pequeña parte: los gestos de amor perdidos, la caricia no hecha, la comprensión no dada, esa inútil mala cara mantenida demasiado tiempo, esa terquedad alimentada solo de sí misma”. Lo escribe Susanna Tamaro en su última novela titulada Para siempre. Como en las mejores fábulas, la escritora italiana nacida en Trieste  trata los temas más profundos con una extraña simplicidad.

P. Santiago

jueves, 11 de octubre de 2012

Peregrinación universitaria


SÁBADO 20 DE OCTUBRE

Salida en autobús a las 10:00h desde la Fac. de Derecho de la UCM
Inicio de la Peregrinación a las 11:00 h.
Comida (llevar bocadillos)
Encuentro con el Obispo Auxiliar César Franco
19:00 h: Santa Misa

¿Por qué un año de la fe?


                                                                     25 líneas 

Comenzará el próximo día 11 de octubre de 2012 y concluirá el 24 de noviembre de 2013, fiesta de Jesucristo, Rey del Universo,
Alguien puede pensar que en el apretado calendario de celebraciones –será ya difícil encontrar  un día que no tenga apellidos–  también el papa ha querido sumar una más. Benedicto XVI ha explicado con su habitual claridad que la finalidad de este Año de la fe es “sacar del desierto a las personas que pueden encontrarse en él e invitarles a entrar en el lugar de la vida, de la amistad con Jesucristo que nos da la vida en plenitud ".
La figura del desierto es muy gráfica: inmensidad vacía, ausencia de vegetación y de agua…También hay personas deshabitadas que viven una situación personal de sequedad, de falta de energía interior.
Los creyentes tenemos que cuidar, alimentar y celebrar nuestra fe, expresarla de forma clara a través de nuestras palabras y nuestros gestos. Los indiferentes o los no creyentes tienen que sentirse invitados a cruzar “la puerta de la fe” que es puerta siempre abierta. Debe quedar fuera la mochila de prejuicios que mucha gente lleva consigo: “Creer es alejarse de la realidad, la fe no permite pensar, hay que cerrar los ojos y aceptar, sin más, una larga  lista de dogmas…”. Si  la fe impusiera estas exigencias, yo no sería creyente.
Cruzar “La puerta de la fe” no excluye el noble ejercicio de la inteligencia. La vocación de la razón es la verdad y la vocación de la libertad es el bien.  No se puede ignorar el para qué de la razón y de la libertad. Mucho menos utilizar la inteligencia para idear estrategias que hagan posible el éxito sin esfuerzo o la libertad para hacerse daño a uno sí mismo o a los demás. 
El Año de la fe puede ser una oportunidad para quitarnos de encima la “vergüenza de creer” o la “arrogancia” de no creer. A ambas actitudes les sobra presunción y exhibicionismo, y les falta naturalidad y silencio.

P. Santiago

Solemne acto de apertura de curso 2012/2013

Colegiales celebrando la Eucaristía

Celebración de la misa

Celebración de la Palabra

Coro del Colegio

Padres Agustinos 































































Solemne Acto Académico













Constitución del Consejo Colegial

viernes, 5 de octubre de 2012

¿Y si se iniciara una campaña para suprimir los lunes?


                                                                   25 líneas

Entre las frases reivindicativas de las pancartas que se exhiben en las incontables manifestaciones que desfilan por nuestras calles,  todavía a nadie se le ha ocurrido exigir que se supriman los lunes del calendario. Es, sin duda una prueba de cordura y sensatez porque con los lunes hay que contar como con la gripe, la caída de las hojas en otoño, el dolor de muelas o el fallo estrepitoso de un as del fútbol que falla un penalti.
Querer eliminar los lunes sería imposible e ilusorio. Ahí están, abren tímidamente la semana, nos invitan a desperezarnos y retomar el camino hacia la universidad.  Si no existieran los lunes –con la vuelta al trabajo y esa desgana pegada a los huesos– la humanidad no progresaría, nuestros sueños nunca se convertirían en realidad, viviríamos con el freno puesto y nuestra vida sería una larga cadena de oportunidades perdidas.
Suena el despertador y, en vez de un manotazo para hacerlo enmudecer, debiéramos abrir bien los ojos para encontrarnos con la luz del nuevo día y pensar que, cuando se retiran las estrellas, somos los seres humanos los que tenemos que llenar de luz cada jornada.
Cada uno tiene sus ritos personales al levantarse; el lavado de dientes, la ducha matinal antes del desayuno, preparar los libros y apuntes o dar un vistazo a las portadas de los periódicos para tomar el pulso al mundo de la política o de los deportes.
Sugeriría dos gestos sencillos que pueden significar el café espiritual de cada mañana: Hacer la señal de la cruz – iniciar la semana en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo– y una mirada tierna al pequeño cuadro de la Madre del Buen consejo que tenemos en la habitación. Ella puede ser un chorro de alegría, una caricia de Madre que nos dice: Vamos hijo, que Dios no es tacaño cuando nosotros y puede hacer con nosotros cosas grandes.

P. Santiago

miércoles, 3 de octubre de 2012

La alegría es el asunto más serio del cielo


                                                                 25 líneas 

Quien observara superficialmente cualquiera de los escenarios donde se escenifica la ceremonia del “botellón” podría concluir que la juventud actual derrocha alegría. Ahí está esa comunión laica y urbana en torno a una botella de cerveza u otra bebida, que se bebe sorbo a sorbo como si fuera toda una metáfora  de la vida compartida. La realidad puede ser otra y participar en el rito del vaso que pasa de mano en mano, también puede hacerse para olvidar, para defenderse del frío de la soledad o por otras razones diferentes. Desde luego, no siempre hay detrás de  esa liturgia laica un borbotón de alegría y de amistad.
C. S. Lewis fue un crítico literario, académico, locutor de radio y ensayista británico   conocido por sus novelas de ficción que falleció el 22 de Noviembre de 1963 en Oxford, Inglaterra. Suya es la frase “la alegría es el asunto más serio del cielo”. Es decir, la alegría es un estado interior, un clima del alma que tiene mucho que ver con la paz de nuestro espíritu. “Un santo triste es un triste santo” decía aquella mujer gigante de Ávila que ha pasado a la historia con el nombre de santa Teresa de Jesús.  
Para algunos, la fe es algo propio de gente aburrida, desilusionada, herida por algún fracaso que  –cuando no están al alcance de la mano otras soluciones– busca consuelo en un más allá desconocido. Con este prejuicio precipitado por delante –que dispensa de una reflexión más sosegada– en un momento se hace una lista de calificativos que salpica a la juventud actual.
Es imposible hacer una fotografía en la que quepan todos los jóvenes y, en vez de la fotografía de grupo, yo prefiero las individuales  de tamaño carnet.  Hay suficientes como para hacer una muestra extraordinaria con los rostros y la vida de muchos jóvenes que creen en la amistad y en el trabajo diario bien hecho. Quizá les falte por descubrir que Dios es alegre y fuente de alegría verdadera.  

P. Santiago

lunes, 1 de octubre de 2012

Matemáticas para un curso feliz


                                                                   25 líneas 

Habrá quien diga que las matemáticas y la felicidad son incompatibles y otros pensarán que el comienzo de curso debe estar libre de los  enredos numéricos con los que disfrutaban Pitágoras, Fermat y tantos otros hombres de ciencia. Es todo más sencillo y se trata, simplemente, de sugerir una fórmula para que el curso 2012–2013 –que todavía es como un niño balbuciente– sea para todos una oportunidad de crecimiento y de satisfacción. El secreto está en sumar y multiplicar y suprimir todo lo que signifique restar o dividir. Sumar y multiplicar actitudes positivas de colaboración, de servicio y de ayuda, restar todo egoísmo camuflado y, finalmente, borrar todo lo que signifique vivir ignorándonos o dedicarse a buscar motivos para la contienda permanente.
Ser buena gente y querer a los demás es rentable,  como gozo personal profundo y como modo de cruzar los pasillos de esta habitación nuestra que es la tierra con la cabeza bien alta y las manos abiertas para ayudar a levantarse a quien se ha caído a nuestro lado.
También hay hombres y mujeres que allí donde aparecen, se convierten inmediatamente en una cuña que separa, van levantando muros y le han puesto cerrojo al propio corazón. Son sembradores de desconfianza instalados en el falso pedestal del orgullo y la arrogancia.
“Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”, dijo Jesús a los discípulos que discutían sobre quién era el más grande (Marcos  9, 35). La respuesta de Jesús no tiene que ver con mutilar las propias posibilidades; significa que la verdadera grandeza consiste en servir. La historia del curso –que ahora parece casi interminable– va a ofrecer mil ocasiones para intercambiar momentos de escucha, gestos de confianza y detalles de delicadeza.  La suma total es el valioso tesoro que podemos regalar a los demás.

P. Santiago